ROSÁCEA

Es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel y/o los ojos que abarca varios hallazgos clínicos, cuyos componentes clave son: el eritema facial persistente (enrojecimiento) y las papulopústulas inflamatorias (granitos rojos o amarillos con contenido purulento que pueden confundirse con acné).

Otras características que también pueden observarse son:
– Presencia de telangiectasias faciales (Vasitos dilatados) que se observan principalmente en la zona centro facial.
– Prurito (sentís que la piel del rostro te pica o arde).
– Tendencia a la rubefacción facial frecuente.
– Cambios fimatosos (afectan principalmente la nariz, con menor frecuencia la orejas, la frente, el mentón o los parpados); estos cambios se caracterizan por presencia de poros dilatados, prominentes y piel engrosada.

Es importante conocer que existen varios subtipos clínicos y variantes de la enfermedad, por lo cual, cada caso deberá ser evaluado por tu dermatólogo de manera particular (No todas las pieles son iguales), además se recomienda aprender a IDENTIFICAR LOS FACTORES DESENCADENANTES para prevenirlos y/o evitarlos, ya que estos factores pueden provocar recaídas o exacerbación de la enfermedad. Algunos ejemplos son: calor, estrés, comidas picantes/calientes, alcohol, exposición solar, camas solares, viento/frio, algunos maquillajes, entre otros)

¡El tratamiento adecuado y la prevención de factores desencadenantes harán la diferencia en tu piel!

DERMATITIS SEBORREICA

Es una enfermedad con alta incidencia, benigna, de etiología multifactorial, evolución crónica (es decir que tiene episodios de recaídas y mejoría) que se caracteriza por presentar lesiones eritematoescamosas, inflamatorias, que generalmente se limitan a regiones de piel con gran producción de sebo y a los grandes pliegues cutáneos.
Se presenta en pacientes de todas las edades, y si bien no tiene “cura”, se controla muy bien con el tratamiento adecuado.

Algunas manifestaciones clínicas de esta enfermedad son:
– Enrojecimiento acompañado de leve inflamación y presencia de escamas pequeñas secas o de aspecto untuoso (grasoso) localizadas en zonas específicas en donde hay mayor predominio de glándulas sebáceas, las cuales son encargadas de producir el sebo. Estas áreas son: entrecejo, orejas, cejas, surco naso geniano, alas nasales, frente, mentón, tórax y cuero cabelludo.
– Prurito y sensación de ardor

Recomendaciones para tener en cuenta:
– Consultá a tu Dermatólogo: no todas las pieles son iguales, cada caso necesita un diagnóstico preciso y tratamiento individualizado.
– Procurá utilizar productos de limpieza que sean suaves y “nobles” con tu piel y cuero cabelludo.
– La hidratación de la piel es fundamental, priorizá los productos “livianos” tipo gel, gel/crema, emulsiones.
– Usá protección solar de amplio espectro y de preferencia fluido o toque seco.
– Evitá sustancias abrasivas o irritantes en la piel y el cuero cabelludo (ya que estos podrían lastimar la barrera cutánea y empeorar el cuadro).
– Procurá minimizar los episodios de estrés.
– Decí NO a la automedicación.
– No pierdas la calma, TU CONDICION, EN LAS MANOS ADECUADAS puede mejorar notoriamente.

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